Porque caminando por los lugares del mundo, te encuentras con espacios idénticos a un sentimiento.
Te vas dando cuenta que el mundo se parece a tus días. Se parece a tus amores fallidos.
Te vas dando cuenta que los lugares son tus lugares.
Que tu cuerpo es una casa que se parece a muchas casas, cuando alguien, muy temprano, salió de ellas.
Que tus días se parecen a una puerta cerrada.
A un café servido.
A una cuna que nadie mece.