Creo que nunca supiste
Que, al verme dormir,
No estaba soñando contigo.
Que fuiste un refugio
Para cargar un turno de experiencia.
Que veía tus gestos,
Y nuestros días,
Sin celebrar tu rostro.
Que no eras idilio,
Sino símbolo.
Que te llamé por mil nombres,
Para reemplazar tu vida.
Que te pido perdón
Por no entregarte la mía.
Que, a los cortos años,
No se sabe de amores
Ni de actos.
Que en la historia de mi vida
Siempre tuviste un reemplazo.
Que fuiste el único con un título,
Y que, desde tus días,
Como tú,
Nadie me ha amado.